Los más antiguos se fabricaron en la ciudad turca de Kutahya para
exprimir limones a principios del siglo XVIII, estaban hechos de
cerámica y se fabricaban de manera artesanal. Eran muy parecidos a
algunos de los modelos actuales en los que sobresale una punta donde se
puede girar la fruta a exprimir y queda el zumo recogido en la parte
inferior.
En Estados Unidos la primera patente se le concedió a Lewis Chichester
en julio de 1860, estaba hecho de hierro fundido, posteriormente hubo
una explosión de distintos modelos con técnicas distintas, una de las
más conocidas fue la de John White en 1893.
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